El cielo se había oscurecido, la noche ya había comenzado y la luna iluminaba las calles con su suave brillo.
Giré mi cabeza y dí un último vistazo a mi antiguo hogar, en la puerta una mujer mayor acompañaba a una niña pequeña. Noté cómo la pequeña intentaba borrar las lágrimas del rostro usando la manga de su camisa.
"Pobre Sarah mi pequeña flor, estoy segura que a diferencia de mí tú si encontrarás una familia...Es solo cuestión de tiempo para que conoscas a las personas correctas."
Forcé una sonrisa y me despedí con la mano, no podía seguir retrasandome más, no quería causar problemas por la demora.
Me dí la vuelta y seguí mi camino. No tenia un lugar donde ir, había mentido sobre a donde iría despues de la celebración de mis 18 años.
Simplemente no queria ser una carga para nadie, tenia algo de dinero ahorrado y con eso planeaba vivir un tiempo en un hotel barato mientras buscaba un empleo y un lugar mejor donde quedarme.
Mi mente se habia desconectado un rato mientras pensaba en la posibilidad de tener un futuro desastroso que simplemente no me habia dado cuenta que me habia desviado del camino y me habia adentrado en una zona desconocida.
Miré a ambos lados en busca de alguna señal para poder horientarme pero mis esfuerzos fueron en vano, la unica señal que podia indicarme estaba llena de por lo menos cinco capas de grafitis
Mi respiración se había acelerado, no debía perder la calma esto no es tan grave solamente debo volver por mis pasos y solo se volverá otra anécdota graciosa de muchas en mi lista para contar.
Me dí la vuelta y comence a regresar de donde venía, recién noto que hay personas con mala pinta siguiendome con la mirada. Oh claro, no destaco en este lugar... Mi cabello rubio no es común en esta región. Solo quiero llegar al hotel y descansar de todo este lío que causé por mi despiste.
De repentente siento una mano en el hombro que me hace paralizar por completo, los nervios me bloquearon por completo, quiero correr o al menos gritar pero ni un solo musculo se mueve ante la accion.
Se que un hombre me está hablando, pero sus palabras no logran ser decifradas por mi cerebro. Escucho unas risas de otros hombres al fondo y siento que todo se vuelve borroso.
Lentamente recupero la conciencia, puedo notar una suave y cálida sabana cubriendome. Muevo la cabeza a mi costado y mientras mi vista se aclara logro divisar una mano feminina, un blanco tan pálido y delicado que parecia parte de una muñeca de porcelana.
-¿...Muñeca?- En un tono medio dormida pregunto si es o no una muñeca, como si no tuviera cosas importantes de las que pensar.
-Cuido mucho mi piel con cremas naturales- Dijo entre risas la dueña del la mano de porcelana.
-¿Qué pasó?- Me puse alerta, recordando lo ultimo que paso antes de perder la conciencia.
-¿Abusaron de mí?- Levanté mi cabeza y crucé miradas con la chica que me acompaña, pero me dejo desconcertada ver que el rostro de la chica no concordaba con el color de piel de esas manos de porcelana, mis ojos se dirigian del rostro de la chica hasta sus manos.No queria ser descortes, implemente pareciera una muñeca a la que reemplazaron partes de otras muñecas.
-Descuida.- Giró su cabeza, posiblemente incomodada por mis expesiones.-El amo te salvó de ese grupo de hombres. Podría decirse que más nunca volverán a molestar ni a tí ni a ninguna otra mujer.-